Cómo funciona la doble tracción (4×4)
El LSD (dietilamida del ácido lisérgico) es un potente alucinógeno, es decir, una droga que puede alterar la percepción de la realidad y distorsionar vívidamente los sentidos. La LSD se derivó originalmente del “cornezuelo del centeno”, un hongo que crece en el centeno y otros cereales.
El efecto alucinógeno del LSD fue descubierto por primera vez en 1943 por el Dr. Albert Hofmann, un químico investigador suizo que trabajaba en una empresa farmacéutica. Los primeros estudios sobre el uso potencial de la droga se centraron en el conocimiento que podría ofrecer sobre ciertos tipos de enfermedades mentales. En la década de 1950, intelectuales como Aldous Huxley experimentaron con la droga por su supuesta capacidad para inducir un estado de “conciencia cósmica”.
El LSD fue objeto de numerosos estudios de investigación en los años cincuenta y principios de los sesenta. Estos estudios incluían la investigación del potencial terapéutico de la experiencia “psicodélica” para tratar el alcoholismo crónico y las enfermedades mentales, y para ayudar a los pacientes con enfermedades terminales a aceptar la muerte. El LSD también captó la atención de la CIA, que probó su potencial para la guerra psicológica.
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La dietilamida del ácido lisérgico, también conocida como “ácido, LSD o LSD-25”, está clasificada como alucinógeno. Es incoloro, inodoro y de sabor ligeramente amargo. Suele venderse en pastillas diminutas, conocidas como micropuntos. Su disponibilidad, bajo precio y efecto la convierten en una droga popular. Si el consumidor es sorprendido conduciendo un vehículo bajo los efectos del LSD en Las Vegas, se enfrentará a cargos por conducir bajo los efectos del alcohol.
Los efectos del LSD comienzan entre 30 y 90 minutos después de su ingestión. Su potencia depende de la cantidad ingerida. Una cantidad minúscula (25 microgramos) de LSD es suficiente para experimentar el efecto de la droga. En dosis bajas, el consumidor puede experimentar lo siguiente
Aumento o disminución de la frecuencia cardiaca y de la tensión arterial, sudoración, sequedad de boca, temblores, cambios de humor y pérdida de apetito. El temblor por sí solo puede ser peligroso durante la conducción, haciendo que el usuario realice giros bruscos y acelere o desacelere de forma anormal.
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En su forma pura, el LSD es un polvo cristalino blanco, inodoro y ligeramente amargo. En la calle se suele vender en forma de pequeños cuadrados de papel secante (absorbente) empapados de LSD. Cada cuadradito contiene una dosis de LSD y se toma por vía oral. Generalmente se mantiene en la lengua o se traga.
Los efectos de la LSD se sienten gradualmente, entre 30 y 60 minutos después de tomarla. Los efectos alcanzan su punto álgido al cabo de 2 a 4 horas y luego se desvanecen en un periodo de 10 a 12 horas. La gente se refiere a su experiencia bajo la influencia del LSD como un “viaje”.
Las muertes asociadas al LSD suelen ser el resultado de accidentes provocados al percibir o ver algo de forma anormal. Esto puede conducir a errores de juicio. Por ejemplo, una persona puede estar convencida de que puede volar o de que puede atravesar el tráfico sin sufrir daños.
Los riesgos para la salud relacionados con el consumo frecuente de LSD son más mentales que físicos. La droga puede tener efectos duraderos sobre el cerebro y el estado emocional. A veces los efectos continúan durante años después de dejar de consumir LSD. Entre ellos se incluyen:
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No vamos a decirte que las drogas son peligrosas, que crean adicción, que consumirlas puede destrozar la vida de cualquiera. Ya lo sabéis. Lo has leído y oído cientos de veces. Seguro que sí.
Existen numerosos estudios relacionados con el tipo de consumidor de cada droga, informes sobre cuáles son las más populares y de cuáles aumenta o disminuye la demanda en función de la situación económica… Cualquiera puede aprender todo sobre las drogas: cómo se consume cada una de ellas, cómo se distribuyen, cómo se adulteran, cuánto cuestan y dónde conseguirlas.
Sin embargo, la mayoría de la gente no suele ser consciente (porque muy pocos hablan de ello) de los efectos concretos que las drogas causan a quienes las consumen. Te invitamos a que nos acompañes en este viaje por los efectos del cannabis, la cocaína, el éxtasis, el LSD y las anfetaminas al volante. Advertencia: el viaje no será agradable…
Soy Álvaro López, un apasionado mecánico con más de 20 años de experiencia en el mundo de los coches. Mi padre me enseñó su devoción por los coches y yo lo he llevado al extremo. Me dedico a compartir mi experiencia y conocimientos en mis sitios web, con los demás amantes de los coches y los conductores nóveles.